La trampa de la perfección
- Silvie
- abril 27, 2025
Qué placer haberme amigado con la idea de que la perfección no existe. De hecho, mientras escribo estas palabras, naturalmente suspiro de alivio.
Pasé muchos años de mi vida creyendo que había que encontrar el momento perfecto, la profesión perfecta, la pareja perfecta… y así podría seguir enumerando cosas. Pero no hay nada que “calce perfecto”, porque la vida está llena de imperfecciones. Basta con sumergirse en la naturaleza para encontrar árboles con troncos torcidos, hojas con manchas o agujeros, olas desordenadas en el mar, corales erosionados o animales con cicatrices en su piel. Esas imperfecciones son señales de historia, adaptación y vida. Donde no hay cicatrices ni desorden, no hay vida.
La primera reacción al enfrentarnos con esta idea puede ser de rechazo o decepción. ¿Cómo no va a existir esa persona perfecta para mí? ¿Cómo no va a existir el trabajo ideal para mí? Creeme que es un alivio entender que nada de eso existe. Es un bálsamo ir por la vida sabiendo que nunca nada va a encajar per-fec-to. ¿Se imaginan si la condición sine qua non para que una relación o un trabajo funcionaran fuera que todo tuviera que encajar a la perfección? ¡Qué poco margen de error tendríamos! Estaríamos todos desempleados y solos.
Hace ya más de una década (por no decir casi dos) que me psicoanalizo. Hoy en día existen infinidad de terapias y profesionales. Yo encontré en el psicoanálisis un gran aliado, y no lo cambio por nada del mundo. Es un enfoque real, sin vueltas (a veces un poco duro), donde el analista no tiene como objetivo convertir al paciente en una persona feliz, sino ayudarlo a soportar el dolor inevitable que implica estar vivo.
Mi recorrido en esta disciplina estuvo acompañado por dos grandes profesionales. Y hace ya siete años que, todos los miércoles, tengo mi cita con M., quien me acompaña en este maravilloso misterio que es la vida. Recuerdo como si fuera ayer el primer día que fui a verla. El camino recorrido desde entonces es inmenso, y me llena de orgullo. Hoy me siento casi otra persona, muy distinta de la que era en aquel febrero de 2018.
Estaba detenida, como si la vida no avanzara. ¿Por qué? Porque buscaba que todo encajara a la perfección. Si algo no calzaba exactamente conmigo, me angustiaba y lo desechaba al instante. Esa exigencia me tenía paralizada, atrapada en una pausa que parecía no tener fin.
Hay un término que usa Gabriel Rolón (psicoanalista y escritor) en uno de sus tantos libros que quedó resonando fuerte en mí: “faltacidad”. Un término inventado por el autor para explicar de forma accesible la teoría de la falta de Jacques Lacan. En un juego de palabras, Rolón deja entrever que no existe la felicidad, sino la faltacidad. Que, si tenemos una posibilidad de ser felices, nunca será sin un poco de dolor, sin un poco de soledad y sin faltas. Si alguna felicidad es posible, será una felicidad imperfecta. ¡Qué buen spoiler!
Quiero terminar hablándote desde mi propia experiencia: lo perfecto se rompe. Es duro, rígido, poco flexible. Y si hay una habilidad que necesitamos desarrollar en la vida, es la flexibilidad. Te lo dice alguien que, por muchos años, fue muy rígida… y nada bueno sale de eso. Ser flexible con uno mismo, con lo que la vida nos presenta en el camino, tener cintura para ir “surfeando la ola”. Y abrazar la certeza de que nada es perfecto. Hasta los momentos más maravillosos de la vida tienen una cuota de imperfección.
Silvie
Que lindo leerte por acá Sil, gracias por compartir tan lindas reflexiones y hacernos sumergir en el mundo del autoconocimiento
Hola Dani! Que lindo que te haya gustado! La verdad disfruto mucho escribir y puedo decir cosas que con la voz no me sale .. Beso grande 🙂
Fui mamá hace 9 meses y en este momento mientras mi bebé duerme miro mi casa y es un caos, mi vida la siento un caos porque me está costando mucho ser mamá, trabajar, tener mi casa ordenada y ser la mujer que pensaba que iba a ser en este momento… Aceptar este caos y ser flexible conmigo misma es parte de agradecer esta vida que tanto soñé ❤️. Gracias por tus palabras!
A mi me salvo la vida entender que no existe la perfección y que todo esos términos utópicos juegan en contra mas que a favor .. me alegro que te haya servido! Besos 🙂