Entusiasmo
- Silvie
- mayo 10, 2025
Quería compartir un escrito de mis 26 años, que refleja mi esencia. Que lejano suena, pero aún así cuanto me identifico. Que lindo releer esa frescura de los veintilargos …
Ir al cine me hace bien. Amo ir a ver películas que tratan acerca de las relaciones entre los seres humanos, el amor, la vida misma. No me niego a las comedias, si bien no tengo la carcajada a flor de piel, hay varias que han logrado hacerme reír (y mucho). A lo que digo un NO rotundo es a aquellas películas en donde los tiros, la sangre, los asesinatos, secuestros y violencia son los principales protagonistas. Mi frase de cabecera es: “voy al cine para salir inspirada, emocionada, para aprender” yo le llamo algo así como “mimar el alma”.
Mi día de cine suele ser el Domingo y mas aún cuando se asoma el invierno. Ayer fue justamente uno de ellos, fui a ver una película que trataba, entre otras cosas, de las relaciones humanas. La relación entre el padre y el hijo, la madre y el hijo y fundamentalmente el padre y la madre, quienes estaban separados. Tranquilos, mi intención no es narrarles la película, ni revelar su titulo, ya que no quiero arruinarles el final en caso que elijan verla algún dia.
Es casi automático. Cada vez que salgo del cine, inspirada por la película, me dan ganas de escribir y transmitir al mundo entero lo que ésta me hizo sentir, como si pudiera contagiar a todos con el sentimiento que me invadió al levantarme butaca. Al principio no puedo definirlo, lo siento en la panza, el pecho y en mi sonrisa. Precisamente ayer, al salir de la sala, la primer palabra que vino a mi mente fue: ENTUSIASMO. Sí, quiero contagiar a todos con entusiasmo, como si fuese un virus, un virus tan fuerte como la gripe, pero que a diferencia de ésta, se siente súper rico, como diría Caro mi queridísima amiga colombiana.
Luego de haber descifrado este sentimiento, me puse a pensar en todos los momentos en los que uno siente entusiasmo. Antes de una primer cita, a pocos minutos de que nos toquen el timbre, o cuando nos subimos a un avión listos para despegar al destino que tanto ansiamos. El entusiasmo que se siente cuando estamos en el aeropuerto esperando que llegue esa persona y se abren las puertas corredizas de la sección de arribos. Cuando Argentina mete un gol en el mundial o bien escuchamos esa canción que tanto nos gusta en la radio, ese sentimiento que nos invade, es entusiasmo. Entusiasmo del primer día de clases, o bien del último. Entusiasmo al recibir buenas noticias, o al tomar decisiones que nos ha llevado mucho tiempo tomar.
Tenemos que ayudarnos a conectarnos con el entusiasmo, si bien algunos pueden llamarlo infantil, es indispensable para vivir. Debemos aprender a mirar las cosas con amor, tanto las buenas como las malas, TODO es experiencia. Aprendamos a abrazar las situaciones que la vida nos pone en el camino, abracemos nuestra realidad y por sobre todas las cosas abracémonos a nosotros mismos (al fin y al cabo si no nos abrazamos nosotros, quien va a querer hacerlo?) Vivamos con entusiasmo, día a día, todos los días, como si todo lo que ansiamos fuese posible.
Mi intención es contagiarlos con entusiasmo y que ustedes contagien a su gente y que su gente contagie a su gente y que la gente de su gente contagie a su gente también. De esta manera poder contagiar al mundo entero. Yo creo que si trabajamos juntos, para fines del 2013 podemos lograrlo.
Tienen las herramientas, solo resta que comiencen a implementarlas.
Les deseo una vida llena de amor y entusiasmo!
Hasta la próxima…
Silvie